Relación del clima con la Agricultura

    Al hablar acerca de la Importancia Del Clima En La Agricultura , es sorprendente ya que tal vez muchos se preguntarán ¿qué tiene que ver el clima con la agricultura? Pues ¿sabias que el clima es uno de los factores más importantes para que goces de unos buenos sembradíos? El clima es uno de los factores medioambientales que juega un rol muy significativo en el ámbito agrario, ya que este está relacionado con las lluvias, las cuales al abatir sobre el suelo acceden la impregnación de los nutrientes diluidos en  el agua por parte de las plantas, dando como consecuencia un excelente desarrollo y por ende una producción grata para los agricultores.

    Del mismo modo, el clima es influenciado por los estereotipados de aire las cuales se encomiendan de llevar las nubes atribuidas de agua de una zona a otra. De aquí impacto del cambio climático en la agricultura y a su vez la Importancia Del Clima En La Agricultura .
En este orden de ideas, a pesar de los diversos avances tecnológicos como las mejoras vegetales, los cuerpos genéticamente cambiados y los métodos de riego; el clima, el suelo y el ecosistema son aún factores clave en la producción agrícola.

    Hablar de la Importancia Del Clima En La Agricultura es de relevancia ya que el clima determina la ampliación, el florecimiento, robustez del tejido leñoso y el reposo vegetativo



Factores relevantes del cambio climático en la agricultura.

Los factores relevantes del cambio climático que se han identificado para la agricultura y la seguridad alimentaria son: el aumento de la temperatura, el incremento del dióxido de carbono (CO2) atmosférico y la variación de los patrones de precipitación. Estas condiciones, sin duda, tendrán un impacto potencial negativo en el rendimiento y en la producción global de los cultivos; sin embargo, se espera un efecto muy diferente del cambio climático en la agricultura en distintas partes del mundo, en función de las condiciones del suelo, de la disponibilidad de recursos hídricos y de la infraestructura disponible para hacer frente al cambio, así como de las medidas de mitigación que se adopten a nivel mundial.

Incremento de la temperatura: Se ha estimado que desde la época preindustrial hasta el año 2009, la temperatura global del planeta se ha incrementado 0.76 °C en promedio. Las proyecciones para el final de este siglo indican que la temperatura global se incrementará de 1.4 a 5.8 ºC, en función del escenario futuro de emisiones de gases de efecto invernadero así como de las acciones que se tomen para disminuir las emisiones de dichos gases.

Las temperaturas más altas pueden aumentar la capacidad del aire para absorber vapor de agua y, en consecuencia, generar una mayor demanda de agua. Un incremento en los índices de evapotranspiración podría disminuir o agotar la humedad del suelo o sustratos, originando estrés hídrico en las plantas durante las temporadas de sequía. El estrés hídrico es una gran preocupación porque a nivel mundial muchas áreas de producción agrícola no cuentan con sistemas de riego. En este sentido, está bien documentado que el estrés hídrico no sólo reduce la productividad de los cultivos, sino que también tiende a acelerar la maduración de los frutos. La exposición a temperaturas elevadas puede causar cambios morfológicos, anatómicos, fisiológicos y bioquímicos en los tejidos vegetales y, por lo tanto, pueden afectar el crecimiento y el desarrollo de diferentes órganos, lo que ocasiona reducciones drásticas en el rendimiento comercial.

                                         


Incremento del CO2: En los últimos 800,000 años, el CO2 atmosférico cambió de 180 ppm a 280 ppm. A partir de los niveles preindustriales de 280 ppm, el CO2 ha aumentado de manera constante hasta llegar a 384 ppm en 2009. Estudios con modelos de predicción climática indican que para finales del presente siglo, el CO2 atmosférico será de alrededor de 700 ppm, en función de las emisiones de gases de efecto invernadero y de las acciones de mitigación que se adopten. Existen evidencias de que la especies agrícolas responden positivamente al aumento de CO2; sin embargo, el beneficio directo de la elevación de CO2 puede verse disminuido por otros efectos del cambio climático, tales como temperaturas elevadas y alteraciones en los patrones de la precipitación pluvial. Además, debido al aumento del CO2 atmosférico, durante el presente siglo la capacidad de amortiguación del agua de mar se verá alterada, dando como resultado un aumento en su acidez, lo que se traducirá en una reducción entre 0.14 y 0.35 unidades de pH en la superficie global de los océanos.
                                        
Variación de la precipitación pluvial: Es muy probable que como consecuencia de una intensificación general del ciclo hidrológico mundial la cantidad de precipitación pluvial aumente en regiones de latitudes altas y que disminuya en la mayoría de las regiones subtropicales. Los modelos de circulación general predicen una disminución de las precipitaciones en algunas zonas, y aumentos en otras, pero existe una tendencia general de que todas las regiones serán más secas.




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