Murió Fabián Tomasi, un símbolo de los estragos que provocan los agroquímicos en el cuerpo. Fabián Tomasi se había definido a sí mismo como "la sombra del éxito". Su cuerpo era un testimonio de los estragos que provocan los agroquímicos en las personas que están en contacto con el veneno. Al poco tiempo de ingresar a trabajar en el reabastecimiento de los aviones fumigadores de una empresa agrícola le diagnosticaron "polineuropatía tóxica metabólica severa". Falleció luego de cinco días de internación a raíz de una neumonía. Su adiós fue a provocar mucha tendencia.Había sido peón de campo y obrero antes de conseguir trabajo en 2005 para la empresa Molina en su Basavilbaso natal, en Entre Ríos, a unos 200 kilómetros de Paraná. No usaba nada que lo proteja de los venenos que manipulaba. Ni guantes. Él no quería colocarse los trajes, porque eran insoportables (sobre todo en verano), pero tampoco se lo exigían los hermanos Molina, sus jefes, que años más tarde murieron de cáncer. Incluso solía trabajar descalzo. Su piel entró en contacto con glifosato, DDT, endosulfán y otros agroquímicos, algunos de los cuales hoy están prohibidos en el país. Entonces llegaron los síntomas y los tratamientos de Tomasi, pero faltaría bastante hasta dar en la tecla con el diagnóstico. "Muchos no supieron o no quisieron decirle lo que tenía, hasta que llegó a conocer a un médico que llegó a ser intendente de Basavilbaso, el doctor Alberto Lescano, que le confirmó que tiene una polineuropatía tóxica . O sea, había estado en contacto con tóxicos que le habían provocado una serie de desajustes a nivel corporal, que sólo eran explicables por una alta exposición de sustancias tóxicas".Su cuerpo, desde aquellos días, no paró de empeorar. No podía comer nada sólido y le costaba caminar o mover sus brazos. En los últimos años le tuvieron que ayudar para alimentarse. En algún momento le dijeron que le quedaban seis meses de vida, pero resistió más de una década. El doctor Medardo Ávila, de la Red Universitaria de Ambiente y Salud, recuerda a Tomasi como "un amigo. "Las empresas de fumigación aérea son los más contaminantes, las que usan las dosis más altas, tienen el menor cuidado y están más atrás del dinero de todo el agronegocio. Y así como él, hay cientos de Fabianes que trabajan sin ningún tipo de protección manipulando esos venenos", lamentó a Infobae . Testimonio viviente "Voy a llegar al último día y voy a decir 'yo intenté defender la verdad'. El que se calló, que se haga cargo de qué decirle a su hijo", reflexionó hace unos años Tomasi en un panel que se realizó en la Universidad de Buenos Aires.Y lo hizo. Dio innumerables entrevistas con medios nacionales y extranjeros, y llevó su voz, sus ideas y su cuerpo a cuanto foro lo invitaban. Eso sí: no todos le creían. Para muchos era un fabulador o una víctima de una diabetes preexistente. Él no tenía dudas. "Nadie sabe cómo estos millones de toxinas que se hunden en el suelo [los agroquímicos] están afectando nuestra salud. No hay estudios a largo plazo. Científicos de la Universidad de La Plata visitaron Basavilbaso. Encontraron el veneno en nuestra agua y en el aire. Aquí en Argentina fuimos siempre un laboratorio de negocios agrícolas y una industria química desde que Monsanto entró en el país bajo circunstancias sospechosas en el año 1996. Ahora hay miles de víctimas", sostuvo el año pasado en una entrevista con un periodista alemán.Uno de los discursos más recordados de Tomasi lo dio en la Universidad de Rosario. Ante médicos y estudiantes, les pidió que miraran lo que les pasaba a las personas más allá de lo que decían las empresas. Sus palabras finales fueron las siguientes:Háganme la gauchada de ayudar a las personas afectadas y no quedarse nada más que en darle remedios, sino en tratar de buscar la manera de enseñarles qué es lo que les pasó. Ya gran parte de la sociedad nos ha dejado solos, y digo solos refiriéndome a la cantidad de gente que al saber que venía me pidieron que hablara de ellos. Muchos de ellos, con nietos ya fallecidos. ¿Qué podemos decir de esa crueldad? ¿Cómo podemos quedar tan tranquilos con esta tremenda pasividad de dejar fallecer a una criatura, de ver sufrir como yo he visto o muchos que aquí han visto sin siquiera acercarse a los familiares, a decirles 'esto puede ser por motivo de tal o cual cosa'? Si no nos despertamos de esto, no hay futuro. Yo les puedo asegurar que no hay futuro.
Fabián Tomasi fallecio el 7 de septiembre de este año.
También han ocurrido casos en nuestra ciudad, Federación. Entre Ríos. Uno de esos casos fue el de un hombre identificado como Edgardo Ferreyra murió en el hospital Delicia Masvernat de Concordia. El fallecido trabajaba en la producción de arándanos. Padecía cáncer y aseguraba que su sangre había sido contaminada por los químicos utilizados en la fruta.
Edgardo Ferreyra, de 47 años, oriundo de Federación, trabajaba en la producción de arándanos para una empresa de la zona. Según su propio testimonio pronunciado tiempo atrás, los fuertes químicos que se utilizaban en la fruta contaminaron su sangre y le ocasionaron cáncer.
Denunció que la empresa le había dado la espalda a él y a 10 trabajadores que atravesarían una situación similar. Ferreyra presentaba deformaciones y bultos rojizos en distintas partes del cuerpo. Falleció luego de estar internado en el hospital el 14 de junio de 2014.
Información sacada del diario
El Federaense.

(Edgardo Ferreyra)
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